La tecnología se sumergió en nuestro mundo hace años y por
lo tanto poco a poco se va introduciendo en todos los ámbitos y aunque parezca
raro también en los museos. Se trata de una fusión entre lo nuevo y eficaz y la
esencia de lo clásico.
También es una forma de adaptarse al
consumidor, los especialistas saben que las personas ven y observan el mundo de
diferente manera y con otros formatos por lo que se pretende llegar al
ciudadano de manera más clara y concisa.
Cada vez son más las personas que utilizan la Tablet o el teléfono móvil
para seguir las exposiciones a través de la guía. Y cada vez hay más pantallas
y sistemas interactivos en los museos.
Hemos comentado que los motivos por
los que se implantan estos nuevos sistemas tecnológicos avanzados a los museos
son acercarse al público pero también muchos aprovechan la ocasión para recibir
ayudas públicas.
Aun así todavía existe una división
entre lo clásico y lo moderno, muchos prefieren seguir con el sistema antiguo. Una brecha entre un modelo tradicional que se
resiste a cambiar porque la formula le sigue funcionando bien y otros modelos
más orientados hacia la innovación, con el objetivo de redefinir qué es un
museo.
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